La historía de hoy se centra en un chico tímido y apocado llamado Timoteo, un chico con una discapacidad intelectual limite, esta discapacidad le hace un ser vulnerable, Timoteo trabaja de conserje-recepcionista en la oficina de los hermanos Mateo, hoy nos centraremos en un desagradable incidente entre uno de los Mateo y Timoteo.
Don Mario Mateo, un hombre amable ante la gente pero muy prepotente en el fondo, que no tiene problema de tratar mal al que cree inferior a el.
Don Mario entra en los baños de la oficina.
¿Qué es esto? – Preguntaba enfadado Don Mario
¡Esto está lleno de pelos! (por lo bajini) Se va enterar Timoteo.
¡Timoteo! ¿Te recortaste la barba en el baño? – Preguntaba Don Mario
No, señor -Contestó Timoteo
¿Puedes venir a mi despacho? – Dijo Don Mario.
Ya en el despacho de Don Mario, la tensión se mascaba en el ambiente.
Te volveré a hacer la pregunta, Timoteo – dijo Don Mario
Dígame, señor – dijo Timoteo
¿Te recortaste la barba en el baño? – Pregunto tenso Don Mario
No, señor – dijo Timoteo
No me mientas, Timoteo, me estás mintiendo – acusaba Don Mario
De verdad, señor, no fui yo – dijo Timoteo
Creo que me estas mintiendo, y no me gusta que me mientan, Timoteo – seguía acusando Don Mario
Señor, le juro que no fui yo – dijo ya nervioso Timoteo
No jures en falso, Timoteo, no jures en falso, fuiste tu, ¡No mientas! – acusaba mas Don Mario
No le miento, señor, ¿Por qué lo iba a mentir? – dijo nervioso Timoteo
Porque siempre mientes, Timoteo, no haces otra cosa, ¡Eres un mentiroso, Timoteo! ¡No haces mas que mentir! – acusaba muy enfadado Don Mario
¡Basta, señor! -dijo lloroso Timoteo
Basta, señor – dijo burlonamente Timoteo, – ¡Mentiroso! ¡Haces lo que te da la gana siempre! Cuéntame ¿A que ya estabas tratando de ver que teníamos en la caja fuerte? Cuéntame, tonto
Y te metes en mi ordenador a ver pornografía, ¡pedazo de pervertido! ¡inmoral! – acusaba fuera de si Don Mario
¡Noooo, don Mario! ¡Es mentira, señor! por favor – dijo lloroso gritando Timoteo
Eres un desastre, Timoteo, anda vete ya – dijo Timoteo
Ya a solas, Don Mario en su despacho se jactaba de su hazaña y se decía a si mismo – Ya me desfogue, siempre viene bien gritar a este tonto para aliviar tensiones, bueno a otra cosa, (suena su movil) ¡Hola, Jose! gusto en saludarte, que bueno que hablo contigo, que alegría ¿Cómo estas, amigo?
Mientras Timoteo fue al baño a llorar desconsoladamente tras la terrible humillación de D.Mario, y se decía ¿Por qué me pasa esto a mí?, la moraleja de esta historía es que abusar del débil es lo mas miserable del mundo, todas las personas merecen respeto y consideración, abusar de la debilidad de la gente es miserable y cobarde.